De vez en cuando, sobre todo si ando saturada de lecturas extensas como suelen ser las de mi género favorito, disfruto adentrándome en otras donde la ambientación, por eso de no tener que recrear épocas pasadas, no sea lo que prime como columna vertebral de una buena historia.
Este ha sido el caso de Galerna de Peru Cámara. Un thriller de novela negra que te mantiene en vilo desde el primer instante. Corre el verano de 2019 y, desoyendo las advertencias de las autoridades de San Sebastián que aconsejan quedarse resguardado en casa ante las inclemencias del tiempo, una corredora descubre un cadáver en el Peine del Viento. Lo que a simple vista pudiera ser un caso evidente de muerte por imprudencia comienza a complicarse hasta desencadenar en una serie de acontecimientos durante una madrugada desapacible que hará que el lector sea incapaz de dejar de leer hasta averiguar quién se esconde detrás de estos macabros crímenes.
Aitor Intxaurraga, forense novel del Instituto Anatómico, es requerido para levantar el cuerpo de un hombre sin signo alguno de violencia que ha aparecido ahogado junto a las esculturas de Eduardo Chillida. Sin embargo, el joven hallará pruebas de que lo que se ha cometido realmente es un asesinato.
Solo un agente de la Ertzaintza obstinado como pocos, Jaime Otamendi, degradado por aplicar la justicia a su manera, y Eva, una bióloga marina que trabaja en el Aquarim de Donosti y a la que acuden en busca de respuestas, serán los encargados de conducir la investigación hasta averiguar quién está detrás de esas monstruosas muertes.
La novela es trepidante, de ritmo endiablado, que te zarandea ya en el primer capítulo y te hace contener la respiración sobre el siniestro modo de ejecutar a personas con una reputación aparentemente intachable. Si buscas una historia que te lleve con el corazón apretujado en el pecho, esta es Galerna.
Escrita con una prosa ágil y sencilla, de estilo visual, el autor logra a la perfección crear la tensión suficiente para hacer avanzar la historia que transcurre solo durante una madrugada.
Sin embargo, me ha faltado profundidad en alguno de los personajes. Eva podría haber aportado más, se me ha quedado un poco flojo, tanto, que incluso mientras leía me preguntaba qué hubiera sido estupendo que el autor hubiese considerado darle más protagonismo que el de ser quien nos explica la cruel manera de matar del asesino y el nexo de unión entre las muertes. Pero esto no deja de ser una opinión personal, la mía, que escudriño las tripas de las novelas por deformación profesional buscando disfrutar y aprender al mismo tiempo de como los compañeros hilvanan las historias.
Una novela fantástica, de un género en el que me adentro poco, que merece una oportunidad. Y además, por si fuera poco, te entran ganas de visitar San Sebastián. Quizá sea mi próximo destino de vacaciones.
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