Hace algo más de seis meses se puso en marcha esta página web. Como habrás leído en otras entradas del blog, la necesidad de incrementar la visibilidad en las redes sociales, solicitada por las editoriales para entrar a valorar el manuscrito, fue uno de los motivos principales para su creación. Cada jueves, y con el de hoy van treinta, desde mi modesta experiencia como autora novel, he tratado de mostrarte, paso a paso, cómo es el proceso creativo de un escritor; cuánto trabajo, esfuerzo y dedicación hay detrás de la escritura de una novela.
Hoy me gustaría tratar un aspecto más capitalista. ¿Te has preguntado alguna vez cuánto gana un escritor por cada ejemplar impreso de su libro? La respuesta, como es obvio, tiene un gran número de aspectos a tener en cuenta. No es lo mismo un escritor novel que uno consagrado, ni una editorial de renombre que una pequeña e independiente. Las retribuciones para el escritor suelen ser muy inferiores a lo que todo el mundo piensa, oscilando, como media, entre un 5 y un 10% del valor del libro una vez descontados todos los gastos. Y, ¿a qué gastos me refiero? Antes de entrar ahí, dejaremos a un lado la continua lucha entre el libro en papel y el electrónico (objeto con total seguridad de otra entrada de blog), porque es evidente que el gasto de un libro en ebook no es tan cuantioso como en un ejemplar físico. Hagamos, además una precisión inicial: las editoriales tradicionales son quienes, al fin y al cabo, apuestan por los manuscritos inéditos, y asumen todo el riesgo de imprimir una primera tirada de las novelas. Esto les produce unos gastos físicos como son los de maquetación, portadista, distribución, transporte, los stands de las ferias… Al importe total del valor del ejemplar se ha de restar estos gastos y, una vez reducido el monto de partida, es cuando se aplica el tanto por ciento que, por contrato, le corresponde al creador. La cantidad, como se puede apreciar, es una ínfima parte del valor total del ejemplar. Para que te hagas una idea, por cada libro en papel que se venda, el escritor podría percibir en torno al valor de un café. Sorprendente, ¿verdad?
Y todo eso sin tener en cuenta a las librerías. Si nos ponemos a rizar el rizo, supongamos que ese libro no se vende directamente desde las editoriales, como suele suceder con los escritores noveles, sino que lo hace a través de unas pocas librerías. Entonces, a los gastos reseñados, hay que añadirles los propios de estas. Un establecimiento de este tipo tiene que pagar impuestos, agua, luz, personal, seguros, y un largo etcétera. El autor de la obra utiliza como escaparate sus estanterías, por lo que estas han de tener cierto beneficio. En este caso, como puedes comprobar, el margen de ganancias para el escritor se reduce todavía más.
Después de saber todo esto, quisiera rogarte que, cuando busques tu nueva lectura para disfrutar como lector, no accedas, por favor, a contenido pirata. La descarga de libros gratis, aparte de ilegal, daña a la industria, y golpea con dureza al escritor. Porque, si haces cuentas, por ese ejemplar por el que has decidido no pagar, la cuantía de dinero que finalmente le llegará al creador de historias en unos meses, raya el coste de ese café que te tomas a diario para desayunar o a media tarde. Y con ese café que dejas de abonarle al escritor, y al resto de la industria, el primero, que es quien tira de imaginación y talento e inicia la cadena, no percibe ninguna recompensa por su trabajo. No es la cantidad, porque para vivir de escribir hay que vender miles de ejemplares, y eso solo está al alcance de unos pocos elegidos, sino el hecho de pisotear el trabajo de meses e incluso años, de una persona que, en la soledad de su rincón, hilvana tramas y personajes para hacerte disfrutar y pasar un buen rato.
Espero que en la soledad de la lectura que te envuelve ahora mismo, cuando pases a la siguiente página, anhelando desvelar lo que meses atrás alguien imaginó en su cabeza, puedas percibir el olor de ese café que, gracias a ti, el creador de historias estará saboreando mientras construye la próxima gran aventura.
Creo que este es uno de los trabajos más contradictorios que conozco. Por mucho que sepas que no merece la pena económicamente, sigues, amas lo que haces, empeñas tu tiempo de ocio y hasta el de sueño. Porque no te da para comer, pero te alimenta.
Uf …. Tarea ardua la continua lucha contra la piratería… en lo que a mí respecta seguiré poniendo mi granito de arena para que quienes nos deleitáis con tanto sacrificio y pasión podáis tomar muchos cafelitos