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El Tempranillo, vida y muerte en Grazalema


Bandoleros posando en la Recreación Histórica de Sangre y amor en la sierra
Bandoleros en la Recreación Histórica de Sangre y amor en la sierra

Cuenta la leyenda, que a principios del siglo XIX, en la Serranía de Ronda merodeaba un bandolero, único e inigualable, conocido por las gentes de la zona como el bandido bueno por sus numerosos gestos de caridad con los más humildes y necesitados. José María Hinojosa Corbacho, apodado el Tempranillo ante la premura de sus acciones, nació en una pedanía de Lucena llamada Jauja, en la actual provincia de Córdoba. Pronto se vio obligado a huir para evitar la horca a consecuencia de haber dado muerte a un hombre durante una trifulca en la romería de San Miguel. La razón del fallecimiento de ese hombre aún continúa siendo parte de su leyenda. Con quince añosse integróen un grupo de bandoleros para sobrevivir. Años más tarde, con solo 18 años, creó su propia banda de bandoleros, convirtiéndose en el peor azote de los caciques y los poderosos de aquellas tierras, asaltando carruajes y diligencias, sobre todo de la Hacienda del Reino a servicio de su Majestad.


En este tiempo, una joven grazalemeña, María Jerónima Francés, cruzó su destino con el suyo, y ambos contrajeron matrimonio. El 6 de enero de 1832, en un cortijo en el monte, los migueletes, los soldados mandados por el rey Fernando VII para darle caza, consiguieron rodear el cortijo donde María estaba dando a luz. Desgraciadamente, la madre falleció durante el parto, y la criatura lo haría pocas horas después en los brazos de su padre. Para escapar de la encerrona, El Tempranillo se echó sobre la espalda el cadáver de su esposa, y en la faja, el cuerpo moribundo de su hijo, y consiguió escapar a lomos de un caballo. Al día siguiente, el bandolero entró en las calles de Grazalema para hacer entrega a la familia de su esposa del cuerpo con la intención de velarlo para luego darle sepultura, y bautizar a su descendiente, sin que ningún vecino diera parte a las autoridades francesas, pues tal era el respeto que se le tenía.


Esta es la historia que cada año conmemora con entusiasmo y pasión los pueblos de Grazalema y Benamahoma. El primer fin de semana de octubre, y ya van catorce ediciones, se celebra la recreación histórica de Sangre y Amor en la sierra, basada en la vida del famoso bandolero y en la trágica historia de su muerte, acaecida en un emboscada por la traición de uno de los suyos, que no aceptó el cambio de vida de El Tempranillo, al haber aceptado el indulto del monarca, y perseguir a sus antiguos compañeros con la intención de hacer imperar la ley.


De casualidad, tuve la suerte de hacer coincidir una escapada de fin de semana con mi familia en Grazalema con esos días de fiesta. Los estruendos de trabucos dieron comienzo al espectáculo, de tres días de duración. El olor a pólvora inundó las calles y, sus gentes, ataviadas para la ocasión de bandoleros y migueletes, fueron todo un ejemplo de cómo se debe cuidar el pasado, y no olvidar la historia de nuestros antepasados para dignificar su memoria. A lo largo del pueblo se habían montado diferentes escenarios donde los personajes históricos cobraron vida. Unos 500 grazalemeños interpretan anualmente los pasajes fundamentales de la obra de tal ilustre personaje. El visitante, entre los que me encontré, disfrutó con las ganas y el buen hacer de los vecinos.


Una fiesta y una tradición, que cada otoño gana más adeptos, y consigue trasladarte a la España de principios del siglo XIX. Hacer turismo y disfrutar de nuestra cultura es un plan sencillamente perfecto. Recuerda, el primer fin de semana de otoño, no puedes perderte este espectáculo sencillo, pero que nace del mismo corazón del pueblo. El Robin Hood de Andalucía estará orgulloso,. allá donde esté, que sus buenas obras aún siguen estando presentes en la memoria colectiva de sus gentes.

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